Abertis, se abre la veda

La semana pasada se conocieron otros dos candidatos posibles a entrar en la puja por la concesionaria española Abertis. Más allá del lógico morbo que siempre despiertan estas reacciones y sus lecturas en clave política –o conspirativa–, la realidad es que los activos de la compañía española despiertan interés.

Una vez que ha quedado claro que Abertis está en venta, la lista de novios a estas valoraciones es extensa. La calidad de las concesiones a largo plazo y la profesionalidad de sus gestores, hace que constituya una muy buena oportunidad para inversores de muy diferentes perfiles. Es una cartera que complementa muy bien a las grandes concesionarias y constituye un caramelo para los grandes fondos de inversión de infraestructuras. La clave quizá esté en el entorno de tipos de interés.

Los grandes inversores en infraestructuras son conscientes de que ya no se puede optar a rentabilidades de doble dígito, como si hacían hace no tantos años. En un mundo donde el precio del dinero es el que es y, sobre todo, no va a volver a ser lo que era, no se pueden exigir esos retornos, menos aún sobre activos de la calidad y duración como los que tiene Abertis. Este tema es el más trascendental para quien tenga que tomar decisiones de inversión a largo plazo. Los grandes jugadores de un sector tan profesionalizado como las infraestructuras lo tienen claro. Pero es algo que no se circunscribe sólo a este sector y resulta extrapolable a todos los activos financieros. Y las consecuencias en la valoración de los mismos son evidentes.

Artículo publicado en ABC.

José Ramón Iturriaga
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