Los aciertos de Draghi

Foto: European Bank Central

En la reunión de la semana pasada, Mario Draghi quitó hierro a la posibilidad de levantar el pie del acelerador en el corto plazo. Enfatizó que, aunque es muy probable que la inflación repunte en los próximos meses y la macro europea mejore sensiblemente, todavía no se puede dar la crisis por cerrada. Al igual que otros bancos centrales, el europeo prefiere pasarse a no llegar. Es consciente de que una retirada de los estímulos antes de tiempo puede dar al traste con una recuperación que, aunque recupera tracción, tiene todavía bastantes frentes abiertos. Así, resultan preferibles los riesgos en forma de eventuales burbujas si se mantienen las actuales políticas durante más tiempo de lo estrictamente necesario.

jriturriaga-31-1-2017Tampoco resulta probable que a estas alturas del partido los ultraortodoxos alemanes, que ya han puesto el grito en el cielo, vayan a doblar el brazo al italiano. En cualquier caso, tras la próxima reunión del mes de marzo, y con más elementos para el análisis –el arranque de la presidencia de Trump, la revisión de las proyecciones económicas-, sí es posible que la máxima autoridad empiece a matizar su política monetaria. Sin embargo, no hay que esperar grandes cambios de discurso. Si acaso temas de índole más técnico, que pueden tener alguna consecuencia. En concreto, el tipo al que los bancos comerciales ven remunerados los depósitos en el BCE. Los niveles históricamente bajos a los que se ha ido tienen contraindicaciones en las cuentas de los bancos y, consecuentemente, en las condiciones de financiación. Los tipos negativos han resultado ser contraproducentes, porque no incentivan a los bancos a prestar más y, sin embargo, el perjuicio que le causa en las cuentas de resultados se lo trasladan a los clientes en forma de peores condiciones de financiación. Va a ser verdad que es importante que los bancos ganen dinero, como apuntaba el otro día un importante responsable de un banco español.

Por lo tanto, a partir del mes de marzo nos podemos encontrar con un leve giro en las políticas del BCE, en las que convivan cierta normalización de los tipos de depósito con intervenciones directas en el mercado de deuda. Y si así fuera, Draghi seguiría acertando.

Artículo publicado en ABC.

José Ramón Iturriaga
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