Alemania contradictoria

Foto: Düsseldorf

Consumo y alemán parece una contradicción. En los últimos treinta años, la demanda interna alemana no ha levantado cabeza. La integración de las dos Alemanias ha supuesto una larga digestión que no ha permitido que el consumidor alemán levante cabeza en términos agregados. Ahora bien, algo está cambiando en los últimos años, el consumidor está despertando. Alemania es de los pocos países que ha revisado sustancialmente al alza los sueldos de los principales convenios colectivos. Durante la semana pasada se anunció  la mayor subida en las pensiones de los últimos treinta años, más de un 5%.

28-03-2016-jriturriaga-jose-ramon-iturriagaEn cierta medida, este despertar se veía venir. Cuando tienes pleno empleo, los sueldos suben y el crédito abunda como consecuencia de los tipos de interés reales negativos, lógicamente la demanda interna crece. Y hay que destacar que se trata de una cambio muy relevante no solo  para la economía germana sino para el conjunto de la zona euro.

Por el lado del cuadro macroconómico, por primera vez en la  historia de la Alemania reunificada, el consumo interno está cogiendo el relevo al sector exterior, lo que en cierta medida debería corregir la contradicción de que la primera economía europea tuviera superávits por cuenta corriente tan enormes.

Pero, como decíamos, Europa también se beneficia. La progresiva pérdida de competitividad y el mayor crecimiento de la demanda interna alemana se va a traducir en un reequilibrio de la balanza de pagos de la zona euro. Los alemanes, lógicamente, importarán más –y sus principales socios comerciales somos nosotros, el resto de países de la zona euro- e invertirán más fuera de Alemania aunque dentro de la zona euro. España probablemente sea uno de los países más afortunados en esta nueva situación, tanto por el peso que tiene el turismo como por las más que probables inversiones gracias a las ganancias de competitividad de los últimos tiempos.

Por lo tanto, Alemania crece, posiblemente más de lo que se esperaba y, sobre todo, lo hace de forma distinta, con un peso creciente de la demanda interna, lo que constituye un cambio enorme tanto para los alemanes como para el conjunto de la zona euro.

Artículo publicado en ABC.

José Ramón Iturriaga
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