Bajada fiscal modesta

Nos encontramos en el punto medio de la negociación de los Presupuestos Generales del Estado para el año que viene y, más allá del “toma y daca” en las portadas de los periódicos, no creo que haya ningún motivo para que aquellos que aprobaron los de este año no aprueben también los de 2018. Las mismas razones que les llevaron a firmas los anteriores siguen vigentes para apoyar los actuales.

Dentro del lógico juego político que propician estas situaciones, Ciudadanos ha estado hábil y el Gobierno un poco lento. En cualquier caso, es de agradecer que el debate, por una vez, se plantee en clave bajada de impuestos. El margen no resulta muy amplio y por ello no se va a plantear una reforma profunda, como sería deseable.

Ahora bien, sí parece que las medidas conocidas hasta ahora tienen un cierto tufo populista. Bajar impuestos sólo a las rentas más bajas en la fórmula que al final concreten, es un cambio de cara a la galería.

Desde el punto de vista económico no es una mala noticia pues, lógicamente, todo ese dinero que se libera acabará en mayor consumo. En este rango, cualquier incremento marginal de la renta se destina a consumo. Sin embargo, es una pena que en un tema tan trascendente como el cuadro impositivo los dos partidos –en principio– más centrados hayan tomado esta deriva populista. Todo se pega.

Artículo publicado en ABC.

José Ramón Iturriaga
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