Otra forma de ver que la Bolsa se ha pasado de frenada en las últimas semanas es poner en perspectiva la valoración de los bancos. Hoy cotizan a los mismos niveles que en los peores momentos de los últimos doce años –desde la crisis financiera de Lehman– a pesar de no estar en una situación ni por asomo comparable. Hoy los bancos tienen un problema de baja rentabilidad, pero desde luego no tienen ningún problema de solvencia. De hecho, la rentabilidad es muy superior a la que tenían entonces, lo que se traduce en rentabilidades por dividendo superiores al 7% en el conjunto del sector.
Entonces, durante la crisis financiera de 2008 y la del euro de 2012, prácticamente se puso en precio la desaparición del sector. Hoy no estamos ahí y sin embargo es lo que reflejan los bancos en sus cotizaciones. Un buen ejemplo de que las bolsas han sobrereaccionado una vez más. Y aunque todavía es difícil anticipar las consecuencias económicas de la crisis del coronavirus, parece razonable pensar que el sistema financiero no se desmoronará y que la moneda única europea no tiene ningún riesgo de desaparecer.
Los bancos son la piñata del mercado y se les atiza ante cualquier acontecimiento de mercado, pero eso no debe empañar su valoración fundamental. Este comportamiento es una buena muestra de las fuerzas que mueven hoy los mercados. Las emociones mandan y una vez más se magnifican las probabilidades de los desenlaces apocalípticos, aunque no tengan soporte alguno en la realidad que estamos viendo. Además, hoy los movimientos se producen por temas más técnicos, como la gestión pasiva o el mayor peso de las máquinas en los mercados.
La fuerte caída de los bancos estas dos últimas semanas constituye una magnífica muestra de la ineficiencia de los mercados. Hay que analizarlo y entenderlo, pero desde luego lo que hay que hacer es aprovecharlo.
Artículo publicado en ABC.
- Vacuna - 17 agosto, 2020
- Baile bancario - 17 agosto, 2020
- ¿Mercados eficientes? - 17 agosto, 2020