En el ciclo de charlas con consejeros delegados que organiza Abante Asesores para debatir sobre si nos encontramos a las puertas del fin del mundo tal y como lo conocemos, la semana pasada tuvimos la suerte de contar con José Sevilla, consejero delegado de Bankia. Fue una conversación en la que dio su punto de vista sobre distintos temas, siempre con la sensatez marca de la casa.
Sobre la naturaleza de la crisis y el papel de los bancos, la conclusión fue que la situación actual es completamente distinta. Y aunque es muy difícil hacer predicciones, la mejor forma de mirarlo es hacer como si se tratase de un año de 24 meses. Los modelos tradicionales para tratar de anticipar lo que tenemos no se aplican.
Son desde luego muchos los interrogantes que se mantienen abiertos, pero ahora sabemos mucho más y podemos afirmar que las consecuencias de esta fortísima crisis autoinducida serán temporales. En cualquier caso, no podremos hacer balance hasta pasado más de un año. Desde el punto de vista de solvencia y la solidez del balance de los bancos el punto de partida no tiene nada que ver con la anterior crisis y las medidas de política monetaria y fiscal están muy bien tiradas, lo que diluye cualquier posible comparación con la realidad de hace más de 10 años.
La velocidad a la que van las cosas puede verse muy bien en algunas métricas bancarias. El gasto de las tarjetas de crédito y su composición son un buen termómetro de como ha afectado al consumo de los españoles. Tras unas primeras semanas de fortísimas caídas, el arranque del mes de junio está por encima de las cifras del año pasado. Esta diferenciación es aún más clara en función de la fase en la que esté cada región. Madrid y Barcelona siguen algo por debajo, mientras que las regiones que van más avanzadas en la desescalada están entre un 15 y un 20% por encima.
La baja rentabilidad de los bancos es algo que, más allá de lo que pueda hacer el Euríbor, que ha subido 30 puntos básicos últimamente, hay que atajar con mejoras en los procesos. Y en eso van a jugar un papel importante las fusiones, donde las sinergias resultan evidentes. Si tenemos en cuenta que casi el 50% de la base de costes de un banco es tecnología, la economía de escala resulta evidente en estas operaciones. Muchas respuestas muy sensatas que dejan como poso que los bancos son parte de la solución y que la comparación con el pasado resulta improcedente.
Artículo publicado en ABC.
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