Brexit: un mes después

Se cumple un mes del referéndum británico cuyo resultado tanta consternación ha provocado en los mercados, y el primer análisis que realizamos en esta página resulta hoy tan válido como entonces.

Tras un cambio de los protagonistas políticos en tiempo récord, desde luego envidiable, la estrategia parece ser la original: el prisionero que el día de su ejecución comenta al rey que si le concede un año puede enseñar a hablar a su caballo y el monarca se lo concede con la condición de ejecutarle si no lo logra pasado el plazo. De vuelta a su celda, su compañero le recuerda que eso es imposible que los caballos no hablan y el prisionero le dice: “Un año es mucho tiempo”. En ese plazo, el rey puede morirse, me puedo morir yo o se puede morir el caballo. O incluso puede que el caballo hable. La flamante nueva primera ministra ya ha trasladado a los principales líderes europeos que el artículo 50, si eso, en 2017.

JRIturriaga-25072016Los mercados, tras una primera reacción exagerada, han recuperado buena parte de las caídas. Bolsas como la americana baten sus máximos históricos prácticamente a diario y los bonos de los países periféricos –que según muchas casas de análisis anglosajonas eran los claros perjudicados– no sólo no han caído sino que marcan también nuevos máximos históricos en sus precios. Algunos mercados de valores y sobre todo algunos sectores concretos como el bancario, aún no han recuperado todo lo que perdido.

La Unión Europea sale reforzada de este proceso. El Reino Unido, desde prácticamente el día siguiente a la firma del Tratado de Roma en 1957, no ha hecho más que repetir que se trata de un proyecto sin futuro. Ahora los británicos tratan de revertir el resultado de la votación en la medida de lo posible y amparada por la bruma legislativa, lo que lógicamente supone una victoria para la UE. En cualquier caso, el daño para los ingleses ya está hecho y, por ejemplo, se ha puesto en entredicho su capitalidad financiera europea incluso si al final optan por no salir. Sería una lástima que los españoles no fuéramos capaces de aprovechar la situación, pero todo apunta a que, una vez más, no estaremos a la altura de las expectativas. Qué pena.

Artículo publicado en ABC.

José Ramón Iturriaga
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