El coste del rescate

En estas últimas semanas, el coste del rescate del sistema financiero español ha vuelto a la palestra mediática. Las cifras que se manejan son elevadas y convierten en inevitables los titulares de corte populista. Sin embargo, tras todo este tema subyace una mezcla de desconocimiento y mala leche. El montante recuperado hasta ahora, algo más de 3.000 millones de euros, no constituye un indicativo de nada y la desinversión que ha llevado a cabo el FROB en sus participadas resulta, hasta hoy, insignificante. Dicho cálculo no incluye el valor real de las participaciones del Estado (nunca está de más volver a recordar que han sido las cajas de ahorros las grandes receptoras de la ayuda pública), lo que hubiera arrojado una cifra menos abultada y más fidedigna del coste final que tendrá el rescate del sistema financiero. Es algo natural –y muy español– lamentarse por la leche derramada.

jri-abc-19-09-2016Sin embargo, el ejercicio resulta incompleto si no se tiene en cuenta cuál era alternativa al rescate: Mad Max. No ha pasado tanto tiempo como para olvidar la situación límite en la que estuvo España en 2012. Con este planteamiento, convendrán conmigo en que el rescate de las antiguas cajas de ahorro ha resultado barato, muy barato. De hecho, el coste ha sido mucho menor que en otros países si lo medimos en porcentaje sobre el producto interior bruto (PIB) y será mucho mayor en aquellos casos que todavía no lo han acometido, como puede ser el caso de Italia. Tampoco en estos otros casos me atrevo a decir que el rescate haya sido caro por el mismo motivo: el mal menor aplica.

Ahora “solo” queda que los nuevos responsables de economía, cuando los haya (que los habrá), se pongan manos a la obra. El objetivo no puede ser otro que maximizar el valor de las participaciones. Bajo esta premisa, fusionar Bankia y BMN tiene todo el sentido pues las sinergias en costes son evidentes. Los 400 millones de euros en gastos corrientes de BMN resultarían en un mayor beneficio más pronto que tarde y a partir de ahí, baraja. Tiene sentido la fusión de la que en algún momento se habló con algún otro grupo financiero, lo que probablemente permitiría al FROB maximizar su participación. Hay otras. Y cuando toque, el apetito por la banca nacional será otro.

Artículo publicado en ABC.

José Ramón Iturriaga
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