La reunión de banqueros centrales celebrada la semana pasada en Sintra, trajo más novedades de las que se esperaban. Con la cautela que les caracteriza, los principales banqueros del mundo vinieron a decir que los tiempos de políticas monetarias extraordinarias están tocando a su fin. Argumentaron que, independientemente de los datos económicos más o menos buenos o malos que estamos conociendo últimamente, la recuperación económica ha venido para quedarse e indudablemente se acabará trasladando a los precios.
Fue Mario Draghi quien quizás más sorprendió al lanzar un mensaje del que se podía concluir que la retirada de estímulos está más cerca que lejos. Y más allá de que la lógica normalización de las políticas monetarias se va a hacer de forma paulatina, parece que el énfasis que puso el italiano sobre la reflación cogió al mercado con el pie cambiado.
La otra noticia es que los bancos centrales siguen actuando de forma coordinada, lo que sin duda resulta positivo. Es mejor retirar progresivamente los estímulos monetarios de acuerdo con el resto de bancos centrales de los países desarrollados y evitar así un impacto mayor en los mercados que pueda truncar la recuperación.
Y, sin duda, tampoco parece que debieran tener mucha prisa pues la inflación está bastante contenida. Salir de forma ordenada de este periodo de políticas monetarias extraordinarias resulta crucial para no pasarse de frenada.
Los bancos centrales han cambiado el tranco. Se dan las circunstancias para que puedan ir revertiendo las exitosas políticas que nos han sacado de la peor crisis de la historia, pero el tiempo dirá. En cualquier caso, los bancos centrales, de momento, tienen recursos más que suficientes para situar los tipos de interés donde ellos consideren que deben estar.
Artículo publicado en ABC.
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