En lo que respecta a los mercados financieros, el año que está a punto de terminar será recordado por varias cosas. Ha sido un ejercicio entre bueno y muy bueno en las Bolsas y, como suele ser habitual, ese comportamiento ha cogido con el pie cambiado a la gran mayoría. Sin embargo, el comportamiento de los índices enmascara la enorme dispersión de comportamiento que hemos visto entre los distintos sectores. De hecho, si echamos la vista atrás, estos dos últimos años las diferencias en la bolsa europea entre los sectores que lo han hecho bien y los que no son enormes. Aquellos sectores percibidos como «calidad» –esto es que sus flujos de caja son muy predecibles– han tenido un comportamiento muy bueno. Y, en la otra mano, los sectores más cíclicos lo han hecho mucho peor.
De hecho, lo sorprendente, por no decir frustrante, es que lo ha hecho bien lo que estaba previsto y que ya venía haciéndolo bien y lo ha hecho mal lo que estaba barato y no presentaba una buena evolución. En los últimos tres meses y como hemos comentado aquí últimamente, el movimiento sectorial se ha empezado a revertir. Veremos lo que nos depara el futuro.
En lo que respecta a la renta fija, ha sido otro año contra todo pronóstico espectacular. A pesar de que el punto de partida de los tipos de interés era extraordinariamente bajo, las políticas de los bancos centrales han servido para seguir cebando la bomba. Hemos llegado a un punto en el que algunos empiezan a tirar la toalla y a justificar este comportamiento absolutamente extraordinario de los últimos años con el siempre peligroso «esta vez es distinto».
Los bonos lo van a hacer bien porque no hay alternativa. Las condiciones de financiación para todos los agentes del mercado son históricas. Desde los gobiernos hasta las compañías sin calificación crediticia –bonos basura– se financian como nunca antes lo habían hecho. Y sólo se justifican si la política monetaria continúa en la senda de los últimos años. Es difícil anticipar lo que pueden llegar a hacer los bancos centrales. En las últimas semanas ha habido algunas señales, gestos o guiños que han dado pie a pensar que, sobre todo en el BCE, algo se está moviendo. El tiempo dirá.
Artículo publicado en ABC.
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