España, un crecimiento inusual

Foto: Banco de España

2016 ha sido el tercer año consecutivo de crecimiento, algo por todos conocido. Con todo, quizá no resulte tan sabido que es la primera vez en la historia que este crecimiento viene acompañado de superávit por cuenta corriente. Y aunque pueda sonar a chino, resulta algo inédito y un síntoma inequívoco de la enorme transformación que ha sufrido la economía española estos últimos años. No sólo crecemos, sino que ese crecimiento no depende de financiación extranjera.

abc-020117-jriturriagaNunca España había crecido de esa forma. Salvando las insalvables distancias, sobre todo por el tamaño del tejido industrial, España está creciendo a la alemana. El sector exterior se ha convertido en el principal motor de la economía, lo que sienta las bases para un crecimiento mucho más firme, sano y con mayor proyección. La economía española ha dejado de ser una economía monoproducto –la construcción- para depender más de los ciclos de comercio mundial.

Y lo mejor es que esto no ha hecho nada más que empezar. Las ganancias de competitividad que se han logrado en los últimos años han venido para quedarse, pues no son artificiales como las que se lograban por la vía rápida de la devaluación de la peseta. Se trata de algo estructural y los beneficios para la economía solo acaban de empezar a notarse.

Por lo tanto, no sé si en 2017 creceremos algo más un 3 o de un 2%. Lo que tengo claro es que ese crecimiento –y que sospecho que va a sorprender al alza por la propia reflexividad de la recuperación económica- es mucho más valioso y constituye el mejor indicador del brillante futuro que tenemos por delante.

Artículo publicado en ABC.

José Ramón Iturriaga
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