España-Italia, una inútil comparación

La Bolsa italiana es la que mejor se ha comportado entre los mercados desarrollados en este 2018. Quizá ya se hayan dado cuenta, pero me ha sorprendido mucho ver el comportamiento relativo respecto a la Bolsa española en los últimos 12 meses, pues saca más de un 15% de ventaja al Ibex35. No soy muy partidario de realizar análisis sobre índices, porque en muchos casos nos lleva a comparar peras con manzanas. Sin embargo, lo que están haciendo los mercados italianos sirve para desmontar algunos de los mitos con respecto a la inversión en Bolsa y las creencias sobre la influencia de la política. La situación política en Italia difícilmente puede ser peor. Es mala incluso para sus estándares. Sin embargo, parece que los inversores han desconectado hace tiempo de todo el ruido.

Por el contrario, en España parece que el mercado no es capaz de sacar la cabeza de la centrifugadora del día a día. Es verdad que si lo medimos en términos de portadas del «Financial Times» –un magnífico termómetro de lo que pueden pensar de nosotros los que de verdad tienen dinero– les sacamos bastante ventaja; hemos tenido más y ninguna de ellas buena. Con una situación política claramente mejor –en Italia, los partidos populistas de uno u otro signo han tenido una mayoría abrumadora– y quizá con el desenlace de la crisis catalana más cerca, la Bolsa no ha recogido el guante.

Así las cosas, todo apunta a que el ruido hace más mella en los mercados bursátiles que en los demás. Si, por ejemplo, comparamos el comportamiento de la prima de riesgo, la española está claramente mejor. Es más, si nos atenemos a esta medida, que hasta hace poco copaba portadas económicas, España está mucho más cerca de los países core (centro y norte de Europa) que de los periféricos. Además, los mercados de renta fija son mucho más eficientes –gracias a la profundidad de mercado– y menos esquizofrénicos.

Por tanto, teniendo en cuenta el comportamiento reciente de la Bolsa italiana –semblanza que podríamos hacer extensible a la portuguesa, aunque resulta menos relevante– y cómo están las cosas por aquí, no sólo la política sino también la economía, los resultados empresariales y, sobre todo, las valoraciones, podemos afirmar que la ventana de oportunidad en el caso de la Bolsa española sigue abierta. Los escépticos sostendrán la teoría de que no tiene por qué cerrarse nunca, pero yo no me subo a ese carro y cuando el mercado se dé cuenta me pillará dentro.

Artículo publicado en ABC el 2 de abril de 2018.

José Ramón Iturriaga
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