Probablemente no serán conscientes pero la Bolsa española es de las comparables la que mejor lo ha hecho en los últimos días. Evidentemente, un grano no hace granero, pero por algo se empieza. Al parecer, el mercado se empieza a aburrir de los juegos de alcoba en los que se ha convertido la política española y ofrece la altura de miras que les falta a muchos de los protagonistas de nuestra actualidad. O, tal vez, es que el resultado electoral no ha sido tan malo como desde aquí queremos interpretar. Al final y como hemos repetido muchas veces desde esta página, el mercado es enormemente prosaico: si no ve posibilidades de obtener resultados no apuesta. Si no ¿cómo se explica que la prima de riesgo española permanezca casi inmutable en prácticamente mínimos del año? Si el tan manido mercado albergara la menor duda sobre un posible gobierno radical en España que hiciera frente contra Europa al más puro estilo Tsipras/Varoufakis, tengan la seguridad de que el bono español no estaría en los niveles actuales.
El problema de los inversores nacionales es que sufrimos un asedio informativo diario que muchas veces he descrito como una centrifugadora. Que si hay elecciones anticipadas o no. Que si se monta la coalición de perdedores o finalmente será la del bunker. Semejante espectáculo se le está atragantando a más de uno pero lo que debemos entender es que al inversor internacional, por muchas cosas que lean al respecto, no le afecta lo más mínimo en la toma de decisiones de inversión. Así, prácticamente todos los días podemos leer noticias de inversores extranjeros entrando en España como una apisonadora. Cuando no es el señor Slim el que está lanzando la enésima OPA, es Siemens. O un inversor activista que toma una participación mayoritaria en un grupo de medios o un fondo soberado que aflora una importante participación importante en una Socimi.
Tal vez estos señores -que no están al tanto de las idas y venidas de nuestros representantes- hayan llegado a la conclusión de que 69 de los 350 escaños no supone un riesgo de nada. Y 69 siendo generosos ya que el otro día, en Barcelona, dando una charla a un grupo de inversores, uno de ellos me recordó que 12 eran “suyos” al hacer esta misma reflexión. A ver si, como apuntaba David Gistau el viernes pasado, se nos está yendo de las manos esto de la importancia ¡histórica! que, entre todos, le estamos confiriendo al momento actual. La perspectiva que a nosotros nos falta en el mundo de las inversiones la están poniendo los extranjeros.
Artículo publicado en ABC.
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