Hace unos días me preguntaban desde un medio de comunicación extranjero especializado en mercados si España iba a ser la próxima Irlanda. La pregunta me pilló con el pie cambiado y, tras marear un poco al periodista, me di cuenta de que no había ninguna segunda intención. Las reflexiones que suscitó la cuestión fueron dos. Por un lado, lo superficial del análisis ya que a bote pronto, España e Irlanda no resultan comparables. Aunque ambos países, Irlanda primero, España después, hayan sido grandes protagonistas de la crisis, constituyen dos realidades muy distintas y la comparación se antoja grotesca. Lo único que tienen en común es una crisis del sistema financiero que convirtió a la república irlandesa en uno de los primeros países rescatados de la zona euro, por lo que tampoco puede comparase con la nuestra.
También es verdad que fue uno de los primeros países tristemente conocidos como PIGS en salir del agujero. Sin embargo, la transformación que ha sufrido la economía española durante los últimos años no tiene ningún punto de comparación. Tardamos más en atajar la crisis bancaria, pero tampoco podemos equiparar ambos sectores. En cierto sentido, España no ha desaprovechado esta crisis, algo que Irlanda sí ha hecho por partir de un punto distinto.
La respuesta, por lo tanto, no es que España haya sido otro caso de éxito más, es que el éxito que representa nuestro país es mucho mayor. Aunque, como decía, el punto de partida era diferente, la transformación que ha sufrido la economía española no resulta, en absoluto, parecida. El crecimiento de nuestro país es ahora más sano y con mayor potencial que el de Irlanda, que continúa siendo un hub fiscal con pocos argumentos más.
Por último, cabe constatar algo que ya se podía sospechar: muchas decisiones de inversión, sobre todo las que se escudan en el llamado análisis “top down” –aproximación macroeconómica a las inversiones–, están cogidas con alfileres. En cualquier caso, si cuaja la idea de que España es la nueva Irlanda, ¡bienvenida sea!
Artículo publicado en ABC.
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