Esta semana el nuevo presidente de la Reserva Federal se estrenará ante el gran público. Los relevos al frente de la FED siempre suscitan mucho interés por ver cuál es la actitud del nuevo responsable ante el doble mandato que tiene el banco central americano: mantener la inflación controlada y crear empleo.
El debate teórico sobre desempleo y la evolución de los precios es largo. Desde la curva de Philips a Milton Friedman: no hay ninguna teoría que realmente se imponga. Aunque los banqueros centrales siguen basando sus modelos para la proyección de la inflación en los fundamentos de la curva de Philips, parece que, de un tiempo a esta parte, sobre todo al calor de los datos de inflación, se están abandonando paulatinamente los enfoques más ortodoxos.
A pesar de que en Estados Unidos están prácticamente en lo que podríamos considerar pleno empleo, la inflación ni está ni se la espera. Más allá de alguna lectura puntual, como la que hace un mes desató la furia del mercado, no hay nada que haga indicar que la situación actual de un mundo sin inflación vaya a cambiar.
Creo que estamos en un momento procesal muy interesante, en el que se dan muchas circunstancias para que el enfoque se modifique al menos ligeramente. En un mundo como el actual, permitir algo más de inflación por parte de las autoridades monetarias sería de mucha ayuda. Los cambios estructurales de los últimos tiempos justifican de sobra ese replanteamiento. Evidentemente no será en su primera rueda de prensa cuando el flamante nuevo presidente de la Reserva Federal enseñe todas sus cartas, pero habrá que ver que aire lleva.
Artículo publicado en ABC.
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