El euro, la paridad y el punto de equilibrio

El euro ni sube ni baja, ni todo lo contrario. Parece que últimamente el dólar se ha desinflado. Había cogido algo de carrerilla pero se ha estabilizado en unos niveles en los que parece no molestar a nadie. En las últimas semanas, la divisa americana ha perdido el impulso que la victoria de Trump le proporcionó. Los mejores datos económicos europeos, sumados a la rebaja de las expectativas económicas asociadas al nuevo presidente americano, han resultado suficientes para que se estabilice en los niveles actuales.

Al tipo de cambio actual, quizá los europeos salgamos algo favorecidos, pero no se trata de un desajuste enorme. Más allá de todas las fórmulas que existen para calcular el precio de equilibrio, creo que resulta más intuitivo saber cuál es el tipo de cambio en el sueldo de un titulado superior que trabaja en una multinacional en Estados Unidos frente a otro que lo haga en Alemania. Con esa aproximación tan simple, llegaríamos a la conclusión de que la paridad se encuentra próxima a los 1,2 euros por dólar.

El dólar subirá o bajará, y luego volver a subir o bajar. Sin embargo, no creo que se puedan esperar grandes movimientos, pues el punto de equilibrio actual resulta satisfactorio para todas las partes y no son previsibles cambios bruscos en los planteamientos monetarios o económicos en ninguna de las dos zonas económicas. Así que no esperen mucho de sus inversiones en dólares en los próximos tiempos –ha dado muy buenas rentabilidades en los últimos tiempos, por cierto-. La paridad del dólar con el euro, aunque se pueda alcanzar y actualmente no se encuentre muy lejos de ella, no está en absoluto justificada desde un punto de vista fundamental.

Artículo publicado en ABC.

José Ramón Iturriaga
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