En las últimas semanas, el mercado se está moviendo al albur de las encuestas en Francia. El miedo a un gobierno de Marine Le Pen se ha convertido en el nuevo arma arrojadiza que, sobre todo desde el mundo anglosajón, se utiliza para tratar de enterrar una vez más al euro. Estamos al tanto de la evolución de las encuestas y del día a día de una campaña de un plebiscito europeo y parece que algunos no se cansan. De igual forma que hace unos años seguíamos las sesiones del parlamento griego –lógicamente en griego, lo que tiene más guasa-, ahora no perdemos detalle de lo que está pasando al otro lado de los pirineos.
Los bancos de inversión y las casas de análisis elaboran sesudos informes sobre la probabilidad de los distintos escenarios y los mercados se mueven a golpe del último titular. Aunque, todo hay que decirlo, ya no tanto como antes. El ruido es el mismo, pero el mercado ha aprendido a relativizar sus reacciones: la bolsa americana sigue batiendo máximos prácticamente a diario y la europea, aunque le va a la zaga, no pierde comba.
En un análisis muy básico, las conclusiones que se pueden sacar hoy de toda la información que nos llega desde Francia son las siguientes. Lo más probable es que Le Pen gane en primera vuelta y tenga que disputar la presidencia en segunda vuelta al candidato independiente Macron, que saldría elegido por amplio margen. Ahora bien, con el lío que hay (por ejemplo, los problemas del candidato conservador con la justicia) no se puede descartar que Macron, que cuenta con el apoyo más o menos explícito de Hollande y Valls, salga como el más votado incluso en primera vuelta. Esa parece ser la tendencia de las últimas encuestas. El peor escenario posible, que hoy cuenta con muy pocas probabilidades, sobre todo desde que la extrema izquierda haya optado por concurrir en solitario, es que a la segunda vuelta pasaran los socialistas y el partido de Le Pen.
Así, cabe esperar mucho ruido durante los próximos meses, pero resulta poco probable que le sigan las nueces. Lo que, por supuesto, pueden descartar es que el euro se encuentre en una situación de riesgo; el mercado ya lo hace.
Artículo publicado en ABC.
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