La inflación no supone una amenaza

La inflación merece un capítulo aparte debido a las consecuencias que su comportamiento pueda tener en las políticas del BCE en el futuro próximo. Y, por el momento, no parece suponer ninguna amenaza. La recuperación de la economía, el incremento de la demanda doméstica y la subida del precio de las importaciones, han hecho que los precios se recuperen y la inflación se sitúe por encima del 1,5%. El país al que más le aprieta el zapato es Alemania, donde la recuperación de salarios ya se está traduciendo en mayores presiones inflacionistas.

Sin embargo, no hay riesgo de que la inflación se descontrole por distintas razones, aunque fundamentalmente por una: porque no hay subidas de sueldos. Y son precisamente los salarios los que marcan el comportamiento de la inflación a largo plazo. Por el camino hay algo de ruido con lo que pueda pasar con el petróleo -y este año tampoco tiene pinta de que vaya a sumar mucho-, pero desde una perspectiva temporal más amplia tiene mucha menor incidencia. Por lo tanto, la falta de inflación legitima las políticas del BCE y eso es una buena noticia.

Crecimiento, tipos bajos y algo de inflación, aunque poca, es el caldo de cultivo ideal para que los déficits y la deuda se embriden. Ya lo estamos viendo. En definitiva, la economía del mundo está cogiendo tracción y sus principales magnitudes reequilibrándose.

Artículo publicado en ABC.

José Ramón Iturriaga
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