Inmobiliario: no es la inversión directa

Por la sangre de todo español que se precie corre el ladrillo. Como con el fútbol, todo el mundo tiene una opinión “muy fundada” sobre las dinámicas del sector. Y aunque la enorme caída del precio de los últimos años se llevó por delante el (falso) argumento cincelado en roca de que las casas no caen de precio, el síndrome de Estocolmo es evidente ante los primeros síntomas de recuperación del precio del residencial.

Lejos de tratar de disuadir a quienes siendo benévolos se hacen trampas al solitario sobre la rentabilidad a la que pueden optar comprando para luego alquilar un pisito, creo que merece la pena unas líneas sobre hacia dónde puede ir el sector y cómo los inversores particulares pueden tratar de jugarlo, que desde luego no es mediante una inversión directa en ladrillo.

abc-21-11-2016-jriturriagaSin duda el ciclo inmobiliario se ha dado la vuelta. Pero ahora el sector es muy heterogéneo y no todo ha evolucionado por igual, no todo tiene recorridos similares. La recuperación la ha liderado el activo ‘prime’ –las oficinas y comercios en la plaza del pueblo– mientras que el residencial parece dar ahora los primeros síntomas positivos. Sin embargo, la evolución del precio de las casas va por barrios, principal inconveniente de que las casas no tengan ruedas: mientras que en las grandes capitales la falta de oferta está empujando los precios, en otros sitios probablemente tarden todavía años en recuperarse.

Por eso, quien sea capaz de identificar los lugares en los que los que no abunda la oferta y desarrolle el suelo, va a ser quien opte a rentabilidades más altas. Sin embargo, no parece que esa tarea resulte fácil y evidente.

Hay empresas cotizadas especializadas en este negocio, cada una es de su padre y de su madre. Unas mejor y otras peor, recogerán –ya lo están recogiendo- en su valoración la recuperación que está en marcha. Además, es probable que por su tamaño, su estructura accionarial y el interés de grandes inversores internacionales, asistamos a un proceso de concentración del sector. Por último, y aunque no resulte intuitivo, hoy los grandes bancos cotizados son las mayores inmobiliarias residenciales del país.

Artículo publicado en ABC.

José Ramón Iturriaga
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