Vuelvo sobre el tema y siento repetirme más que las sardinas en lata, pero creo que, desde la óptica de los mercados, la cantidad de operaciones que están llevando a cabo los fondos de inversión oportunistas en España es la mejor demostración de la distorsión tan grande que hay en los precios de los activos españoles.
La semana pasada arrancaba con el anuncio de uno de los inversores más grandes del mundo, Brookfield va a invertir en España entre 10.000 y 20.000 millones de euros. «Queremos aumentar la inversión en España por su enorme potencial». El miércoles, otro de los sospechosos habituales, Blackstone, anunciaba la de todos los activos logísticos de la socimi Lar. El precio que en este caso ha estado dispuesto a pagar el inversor americano –que no se caracteriza por ser una hermanita de la caridad– está por encima de los precios de tasación y ha supuesto un retorno extraordinario para la inmobiliaria española.
Por último, al final de la semana el Sabadell anunciaba la venta de su cartera inmobiliaria a otro de los grandes fondos de capital riesgo americano que se está poniendo tiznado en España (Cerberus).
Con esta venta, los bancos españoles han liquidado su exposición al ladrillo y, lo que es más importante, las ventas no han supuesto consumo de capital, lo que demuestra que las valoraciones de las carteras de los bancos son correctas. Así, tras diez años provisionando, hoy las entidades bancarias son capaces de liquidar sus carteras a precio de «hedge fund» sin que les supongan ninguna merma de capital. La mejor prueba de que los balances de los bancos han quedado limpios.
La actividad frenética de estos grandes inversores en España constituye una muy buena muestra del potencial que hay ahora mismo en muchos de los activos españoles. Podemos comentarlo y también podemos participar.
Artículo publicado en ABC.
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