El presidente de la Reserva Federal americana concedió una entrevista a la CBS que es una clase magistral sobre la crisis a la que nos estamos enfrentando y el papel que desempeñan los bancos centrales.
Ante la situación económica, insistió mucho en la naturaleza inédita de la actual crisis. Aunque el parón económico es muy significativo, las razones que lo explican hacen que no sea comparable a la Gran Depresión. El punto de partida es completamente distinto: hace dos meses la economía estaba muy bien y en esta ocasión la crisis se debe a un desastre natural. Además, la situación del sistema financiero no tiene nada que ver: su fortaleza y solvencia están fuera de toda duda. Y, por último, la respuesta coordinada de los gobiernos y bancos centrales era impensable en los años 30 del siglo pasado. La comparación es muy golosa pero no se ajusta a la realidad. En definitiva, no hay comparación con el pasado.
La contracción económica va a ser fuerte pero muy corta en tiempo. Las predicciones hoy son más difíciles todavía porque la recuperación depende del control de la epidemia y del tiempo qué se tarde en recuperar la confianza de empresarios y consumidores.
La respuesta fiscal no tiene precedentes desde la Segunda Guerra Mundial; en total, el 14% del PIB. El objetivo tiene que ser paliar los problemas de liquidez de personas y empresas para que no degeneren en problemas de solvencia, pero no sabemos si será suficiente. Si fuera necesario, tendrían que aprobar más medidas. No es el momento para fijarse en la deuda o el déficit. Evitar las insolvencias propiciará una recuperación más fuerte.
El papel de la Fed ha sido inundar el sistema de dinero. Un periodista preguntó de dónde sale ese dinero y la institución respondió: lo imprimimos digitalmente y compramos bonos. No tienen límite, así de fácil. De momento la respuesta ha sido mucho mayor que la del 2008 pero, insiste, no tienen límite. Lo hacen porque pueden, porque son la divisa reserva del mundo y tienen capacidad de financiarse en muy buenas condiciones. Y dadas las características de esta crisis –viene de fuera, no es un problema de nuestra economía, no hay culpables–, es el momento para hacerlo
Es una muy buena noticia que Powell lo tenga claro. Es más, se trata de un diagnóstico compartido por prácticamente todos los que tienen que tomar decisiones, gracias a lo que vamos a salir mucho más rápido y mejor de esta crisis.
Artículo publicado en ABC.
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