La banca no está igual que en 2008

La forma que tiene el mercado de anticipar el futuro no es otra que extrapolar comportamientos pasados en circunstancias similares. No es muy sofisticado, pero tiene sentido siempre que las circunstancias sean comparables. Y eso es precisamente lo que diferencia la crisis actual: su naturaleza es absolutamente excepcional. El cierre de la economía por motivos sanitarios no tiene precedentes. Por lo tanto, cualquier enseñanza del pasado no aplica, la historia está por escribir.

El caso más destacable quizá sea el de los bancos. La semana pasada se unieron dos factores: la publicación de resultados de las entidades norteamericanas y que en la recuperación de las bolsas de las últimas semanas el sector no lo ha hecho especialmente bien. Y la pregunta que flota en el ambiente es si, como en la gran crisis anterior, los bancos van a ser los grandes perjudicados. Si estuviéramos en un ciclo normal, la correlación que tiene la evolución de la mora bancaria con el desempleo es enorme.

Ahora, el fortísimo repunte de desempleo que vamos a ver en el mundo no va a tener las mismas consecuencias que antaño, sobre todo porque, como el parón económico, será temporal. En el caso de la banca española, el gran agujero que puso en jaque al sector en la crisis financiera fue el crédito promotor y eso en las circunstancias actuales no aplica. Además, la mora de primera residencia, que es donde se encuentra el riesgo del sistema español, no sufrió un gran roto en la anterior crisis, cuando la tasa de paro estuvo durante un periodo bastante largo por encima del 20%.

Por otro lado, destacan las medidas excepcionales que se han tomado desde el punto de vista de la regulación, de la política monetaria y de la política fiscal –avales por 100.000 millones de euros para crédito corporativo, prácticamente un 25% del riesgo del sistema financiero–, que ponen en una situación completamente distinta a los bancos a ciclos anteriores.

Y si a todo lo anterior sumamos que el punto de partida en lo que a recursos propios se refiere no tiene nada que ver, no tiene sentido que los bancos coticen como si esta situación supusiera un problema de solvencia.

Artículo publicado en ABC.

José Ramón Iturriaga
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