La nueva normalidad

Hace pocos días, Irak –sí, Irak– emitió deuda por primera vez en los últimos diez años y la colocación fue todo un éxito. La demanda fue siete veces superior a la oferta y el tipo de interés al que finalmente salieron al mercado fue inferior a lo que se esperaba (6,75%). Es el mismo tipo de interés al que se financiaban los países desarrollados a largo plazo hace no mucho tiempo.

JRI - El quinto en discordia ABCTambién hace unos días, Grecia emitió deuda por primera vez en tres años con un éxito parecido. En junio, Argentina colocó 3.000 millones de euros de deuda a 100 años. ¡Argentina! ¡100 años! Con el historial de impagos que tiene el país sudamericano…

El tipo de interés de referencia del índice de bonos «junk» –antes conocidos como basura– marcó un nuevo mínimo histórico. Esto quiere decir que las empresas con peor perfil crediticio están pagando el precio más bajo de su historia por financiarse.

Más allá de las mejoras que seguro se están produciendo en las economías de estos países, la noticia es que el mercado esté abierto para ellas en tan buenas condiciones, prácticamente por primera vez.

Y la clave quizá sea entender que estas condiciones se van a mantener. Los tipos bajos, extraordinariamente bajos para patrones históricos, van a seguir empujando a los inversores a tomar este tipo de riesgos. Los bancos centrales normalizarán progresivamente los tipos, pero de forma muy sosegada. Y, en cualquier caso, las políticas monetarias seguirán siendo expansivas mientras no haya presión por el lado de la inflación.

Por lo tanto, más que rasgarnos las vestiduras quizá debamos aprender a convivir con la paradoja anterior. Es lo que en el mundo anglosajón ha definido como nueva normalidad, y ha venido para quedarse.

Artículo publicado en ABC.

José Ramón Iturriaga
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