La fintech más valiosa de Europa ha cerrado una nueva ronda de financiación. La noticia, conocida la semana pasada, destacaba que habían levantado unos 200 millones de euros entre sus inversores actuales, elevando el valor de la compañía hasta los 3.500 millones de euros.
Sin duda una buena noticia. Sin embargo, sorprende el interés del mercado por estos neobancos –N26 es el más grande, pero hay más ejemplos– en comparación con los bancos cotizados. Estos nuevos bancos no ganan dinero. Ni mucho ni poco, directamente no ganan nada. Por lo que el múltiplo al que cotizan es negativo o infinito. En cambio, la banca tradicional, aunque con rentabilidades bajas ante la presión en márgenes provocada por el entorno de tipos de interés, sí gana dinero.
El modelo de negocio de estas startups se basa en llegar al mayor número de clientes en todos los países que puedan y en el menor tiempo que resulte posible. La rentabilidad no importa mucho en esta fase, de hecho, no es una métrica que miren: lo de ganar dinero, en teoría, vendrá después.
Así, resulta llamativo el interés de los inversores por estas entidades que no ganan dinero, cuando lo que echan en cara a la banca tradicional es su baja rentabilidad. Este doble rasero resulta hasta cierto punto contradictorio: el mercado se cree a pies juntillas los planes estratégicos de las nuevas entidades, según los cuales serán capaces de rentabilizar a sus clientes en algún momento, a la vez que sentencia que los bancos no levantarán cabeza nunca.
No cabe duda de que las nuevas tecnologías son esenciales y ya están transformando la manera de relacionarse con los clientes, pero eso no quiere decir que todo valga. La sostenibilidad de los negocios pasa obtener retornos que cubran los costes y esto de momento ni está ni se le espera. En el otro lado, los bancos tradicionales están adaptando su forma de hacer las cosas, lo llevan haciendo los últimos treinta años, y en un entorno con el precio del dinero por los suelos son capaces de generar pasta.
«Solo cuando baja la marea se sabe quién nadaba desnudo», dijo Warren Buffett. Y hasta que suceda, la bipolaridad seguirá instalada en el mercado.
Artículo publicado en ABC.
- Vacuna - 17 agosto, 2020
- Baile bancario - 17 agosto, 2020
- ¿Mercados eficientes? - 17 agosto, 2020