No duden ahora

Ayer, en algún momento de la jornada, parecía que el líder de Corea del Norte había apretado algún botón rojo en un arrebato o en un descuido. Las bolsas llegaron a caer los mismo que en los peores momentos de la crisis del 2008, después de que la quiebra de Lehman Brothers prácticamente arrasara con el sistema financiero americano e hiciera descarrilar la economía mundial. A algunos de los que estábamos en ese momento delante de las pantallas de Bloomberg se nos secó la boca y nubló la vista. Sin embargo y tras unos momentos de desconcierto, se confirmó que no había nada nuevo y que la tercera guerra mundial –o la amenaza de un meteorito precipitándose sobre la tierra– no era tal.

A lo único que se puede achacar el comportamiento de los últimos días, y en concreto el de ayer, es lo sucedido en el mercado de divisas. La intervención del Banco Central Chino hace unas semanas y la posibilidad de que la Fed retrase la subida de tipos de interés han provocado un terremoto en los tipos de cambio que se ha trasladado como un daño colateral al resto de activos. Este tipo de movimientos se magnifican cuando suceden en agosto y en un mercado en el que los modelos cuantitativos y los límites de riesgo cada vez tienen más importancia.

Más allá de la resaca que provocan este tipo de vaivenes y del incremento vertical de la volatilidad –que puede llevar a que algunas carteras se vean forzadas a vender–, lo importante es que el movimiento fuerte en las divisas ya se ha producido y que los inversores pueden volver la vista a los fundamentales de la economía y las empresas. Y éstos, aunque puedan verse afectados en algo por estas caídas, son  muy sólidos. Por lo tanto, los acontecimientos de las últimas jornadas son un ejemplo –casi de libro– de corrección por motivos ajenos a los fundamentales que hay que aprovechar para comprar aunque –o precisamente por eso- el cuerpo nos pida lo contrario.

En el caso de la bolsa española, si hace unos meses nos hubieran contado el ritmo de recuperación de la economía y cómo ésta se está trasladando a los resultados de las compañías, cotizadas no tendríamos muchas dudas de que la bolsa era una buena inversión. No duden ahora. Tras el cierre de ayer, el Ibex35 no sólo no ha subido sino que nos brinda la oportunidad de comprarlo más barato que el 1 de enero.

Fuente: ABC.

José Ramón Iturriaga
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