Entiendo que es aburrido y que no suscita grandes titulares, todo lo contrario. En el mejor de los casos, se pierde en las páginas intermedias de los diarios especializados. Sin embargo, creo que importa destacarlo porque es la mejor evidencia de la transformación que ha sufrido la economía española. Cada dato que sale sobre la evolución del sector exterior es mejor que el anterior. La semana pasada conocimos la evolución de las exportaciones en abril y un mes más se volvió a batir un récord. Si además analizamos la evolución relativa, nos damos cuenta de que la cuota de mercado de nuestras exportaciones no para de crecer. Ese es, precisamente, el mejor indicador sobre la evolución de la competitividad en nuestra economía, que durante los últimos años ha sido extraordinaria. De hecho, esto certifica que España ha sido el país que mejor ha aprovechado esta crisis.
Además, las ganancias de competitividad no se quedan solo en eso –que no es poco por cierto–. Lógicamente están generando un aumento de la inversión de las empresas y de los inversores extranjeros. La semana pasada, una marca francesa de coches con fábrica en España anunciaba que ya trabaja a cuatro turnos. Los que todavía no fabrican aquí no tardarán en hacerlo porque, simplemente, les sale a cuenta.
Es difícil sacar la cabeza de la centrifugadora del día a día, pero creo que para los que nos dedicamos a la inversión resulta indispensable. Nos podemos indignar por todo lo que pasa, ha pasado o pasará, pero eso no nos puede hacer perder la objetividad necesaria para formar una opinión analítica de la realidad. En el caso de la economía española, esta no puede ser mejor.
Artículo publicado en ABC.
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