Foto: Kremlin |
Los cisnes parecen estar dejando de ser negros, fundamentalmente porque nunca lo fueron. Las reacciones de los inversores ante eventos tan cacareados como el del referéndum italiano, son importante para saber en qué punto del movimiento pendular de la emocionalidad del mercado nos encontramos. Esta votación, que como otras que hemos tenido en los últimos tiempos, se había planteado en clave binaria (todo o nada), no ha tenido repercusión alguna en los mercados. Esta respuesta quizá represente el mejor indicador de que los agentes han pasado página. A otro perro con el hueso del fin del mundo.
Renzi ha perdido un referéndum que ni él sabe bien por qué convocó, y aquí paz y después gloria. Todos los desastres que se habían anticipado ante este desenlace ni están ni se les espera. Todo ello constata la vuelta a un cierto relativismo, más sano que el alarmismo reinante, que favorece una reacción más ponderada por parte del mercado.
En unos meses, trimestres o años estaremos hablando de que el mercado ha perdido el miedo, de que no hay nada que le haga mella porque el péndulo se encuentre en un punto de cierta indolencia. No hay duda de que pasará, es consustancial al género humano. Vamos de un extremo al otro: de la complacencia generalizada, madre de todas las burbujas, al miedo absurdo, que nos atenaza e imposibilita cualquier análisis sensato.
Artículo publicado en ABC.
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