Hay semanas y semanas. La pasada fue una para el recuerdo. Facebook, guerra comercial, estreno del nuevo presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, y cambios con nocturnidad y alevosía en el gabinete americano. Una semana caótica incluso para los estándares actuales de la Casa Blanca. Mucho más aún para lo que suele ser habitual en los mercados. Sin embargo, lo realmente importante es que no se ha roto nada.
Quizá el acontecimiento que más interés despertaba, la reunión de la Reserva Federal, fue la que pasó más desapercibida. El nuevo presidente mantuvo un tono cauto que no permite –de momento– anticipar las posibles consecuencias del cambio en los mandos de la política monetaria americana. Toca esperar.
Sin embargo, Trump estuvo mucho más Trump de lo que había estado en mucho tiempo. Actividad frenética por parte del presidente tuitero que, con esas formas espasmódicas que le caracterizan, no dejo títere con cabeza: aranceles a los chinos y cambios de calado en su equipo. Y no tiene pinta de que la guerra comercial pueda ir mucho más allá de los titulares grandilocuentes de los medios de comunicación que ya se ha grajeado el presidente. Todo apunta a que este es otro de los pulsos que a Trump le gusta echar de cara a la galería, pero que cae por su propio peso. No le interesa a nadie, y menos aún a los americanos. Miren cuales fueron las compañías que más cayeron con el anuncio de los aranceles (Boeing, 3M, Caterpillar). Como el muro o el Nafta, esto es otra de sus bravatas con muchos retuits entre su público que luego no terminan de concretarse.
Por último, el mercado ha castigado a Facebook tras el escándalo de la extracción de datos personales en las redes sociales, y el resto de las FANG (Amazon, Netflix y Google) se han visto contagiadas por ello. Se trata de un hecho, el del robo de datos, al que se irá poniendo coto con más medidas de seguridad, pero eso no evita que las grandes tecnológicas entren el ojo del huracán. Sin embargo, no se trata de nada que no supiéramos. Así las cosas, las Bolsas tuvieron una mala semana en la que se juntó el hambre y las ganas de comer, pero nada que trunque la recuperación de los beneficios empresariales, ni el múltiplo que el mercado está dispuesto a pagar por los mismos. El mercado siempre da oportunidades. Esto va de aprovecharlas.
Artículo publicado en ABC.
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