Previsiones de 2020: ¿no serán cicateras?

La semana pasada conocimos las previsiones de Europa acerca de las principales magnitudes económicas para 2020 y tanto las cifras como las reacciones dan para un comentario. En lo que respecta a nuestra economía, las previsiones pueden dejarnos fríos, viendo el ritmo de crecimiento de los últimos años y sin tener en cuenta lo que ha pasado en la economía mundial. Es verdad que crecer algo más de un 1,5% no es como para escribir a casa, pero quizá no sea ese el ángulo adecuado a la hora de valorar el momento económico de España.

Para poner las cosas en perspectiva conviene analizar de dónde venimos. El año pasado crecimos un 2% en un contexto de fuerte desaceleración de la economía mundial y con una economía como la alemana al borde de la recesión. De hecho, no entró en recesión técnica porque el dato de crecimiento del tercer trimestre fue positivo por los pelos. En ese entorno, el crecimiento de España resulta muy meritorio, constituye una buena medida de nuestras fortalezas y del minuto del partido en el que estamos.

La desaceleración económica global vino de la mano de la guerra comercial y, a medida que se va reconduciendo, el crecimiento se va recuperando. El arranque de 2020 está marcado por la pandemia china y la pregunta ahora es si este brote va a provocar o no el descarrilamiento económico o si solo va a ser un paréntesis en la recuperación que comenzó en septiembre pasado. Sin ánimo de polemizar y exclusivamente con el conocimiento de lo que han sido experiencias pasadas, podemos inferir que el impacto va a ser pequeño y muy localizado en el tiempo. Lo que se pueda dejar de crecer en el primer trimestre probablemente se recupere en el resto del año. Si fuera así –algo que desconozco, pero que podemos tomar como hipótesis de trabajo–, lo más probable es que la Comisión Europea no haya contemplado en sus números la incipiente recuperación que se empezaba a ver en 2019 y las consecuencias para el conjunto del año.

Así las cosas, no parece descabellado pensar que las estimaciones para España pueden resultar cicateras. Si al contexto de recuperación del comercio mundial sumamos una mejora de la confianza –cuando asumamos que el Gobierno no tiene gana en romper nada–, nuestra economía podría volver a sorprender como lleva haciendo los últimos seis años. Por tanto, que no les sorprenda que crezcamos más cerca de un 2% que del 1,%.

Artículo publicado en ABC.

José Ramón Iturriaga
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