Prisa: ¿Qué hay detrás?

La misma pregunta: ¿qué hay detrás del mal comportamiento de la acción de Prisa? Pues realmente no lo sé pero creo que merece la pena repasar la historia reciente de una compañía que durante años, dada su complicada situación de balance, no ha sido invertible.

Desde 2008, el nivel de endeudamiento se ha reducido de forma significativa. Ha pasado de 5.100 millones de euros a poco más de 1.600 con los que se espera que cierre el presente ejercicio. Por el camino, en 2013, Prisa firmó una reestructuración de deuda, una ampliación de capital, la venta de la participación en Mediaset y su participación en Digital+. Hoy van un año por delante de los plazos del acuerdo de refinanciación y no tienen ningún vencimiento relevante hasta 2018. Su objetivo es terminar dicho año con una deuda cercana a los 1.000 millones de euros, lo que a estas alturas parece realista y situaría el endeudamiento ligeramente por encima de tres veces el EBITDA.

Prisa - El quinto en discordia - jriturriaga

(Cotización de PRISA 01.10.2015. Fuente: Investing.com)

Ahora, por primera vez en mucho tiempo, se puede volver la mirada a la evolución y perspectivas de los diferentes negocios de la compañía. Y a pesar de los jirones que se han dejado por el camino, Prisa sigue siendo el principal grupo de medios en español, con presencia en todos los países de Latinoamérica excepto, por motivos obvios, Cuba. Su principal fortaleza internacional es que sus cabeceras son percibidas como medios locales en todos estos países. La caída en difusión de la prensa en papel continúa y parece irreversible. En el caso de Prisa, gracias al reconocimiento global de su principal cabecera y la calidad de sus contenidos, la versión digital está teniendo éxito en términos de usuarios únicos que es el indicador a tener en cuenta en la era de internet. El proceso pendiente, ahora, es monetizarlo, por un lado a través de la publicidad y, por otro, a través de la venta de contenidos. En cualquier caso, la división de prensa ya ha dejado de restar y empieza a aportar algo a las cuentas del grupo.

Fuera de la prensa escrita, la radio crece en España, y con fuerza, gracias al regreso de la publicidad local. Se trata de un negocio que puede aportar, de forma recurrente, 80 millones de EBITDA a la cuenta de resultados sin muchos sobresaltos y con un apalancamiento notable a la recuperación del ciclo. Y por último, la joya de la corona: Santillana, marca líder en su negocio, el editorial en el sector educativo. A nivel operativo, la empresa tiene crecimientos sostenidos de doble dígito y la transformación digital puede suponer un incremento de los márgenes extraordinario –de 50 a 250 dólares por alumno según la compañía-. La depreciación de las divisas latinoamericanas ha hecho mella en sus resultado pero, lógicamente, esto es un ‘one off’. Aunque hoy es difícil estimar el beneficio recurrente del negocio, tanto la demografía como el cambio estructural en el que está inmerso el sector permiten ser optimistas.

Por tanto, tras varios años pendiendo de un hilo, nos encontramos con un caso de inversión que va a generar de forma consistente flujos de caja en el entorno de los 100 millones de euros durante los próximos dos o tres años y que hoy capitaliza menos de 300. Por supuesto, no entro a analizar el valor de la capacidad de influencia de una cabecera como El País ya que no tiene mucho que ver con su valor económico.

Como decía, no sé qué ha podido haber tras la caída del último mes. Quizá sea una suma acontecimientos: el desplome del real brasileño, las dudas en los países emergentes y el ruido político español. No lo sé. Con todo, opino que la reacción ha sido exagerada y no creo que el mercado tarde en corregirlo.

José Ramón Iturriaga
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