Los referéndums de Cameron (parte II)

Durante el próximo mes de junio nos enfrentaremos a otro referéndum en el Reino Unido a los que tanto se ha aficionado David Cameron. El premier británico cumplirá una de sus promesas electorales y someterá a votación la permanencia de su país dentro de la Unión Europea. Resulta una cuestión trascendental, no sólo para ellos sino para el resto de países miembros. Tanto es así, que en la pasada cumbre del mes de febrero, Cameron arrancó una serie de compromisos que refuerzan la ya tradicional excepcionalidad británica.

28-03-2016-jriturriaga-jose-ramon-iturriagaHoy las encuestas no ofrecen un resultado claro, pero sí podemos hacer un análisis bastante sencillo que invita al optimismo. Por un lado, hay que tener en cuenta que la población británica se divide prácticamente a la mitad entre laboristas y conservadores. Por otro, tanto laboristas como independentistas escoceses y una parte importante de los conservadores -con el señor Cameron a la cabeza- están a favor de permanecer en la UE. En consecuencia, más allá de lo que digan las encuestas, lo lógico sería que no hubiera sorpresas.

A todo lo anterior hay que sumar que la campaña por el sí, que irá ganando fuerza los próximos meses, va a contar con todo el establishment –empresarios, bancos de inversión y otros- y socios tan importantes como Estados Unidos. Los factores emocionales a los que se apelan, algunos por convicción y otros más de forma oportunista como el alcalde Boris Johnson, no deberían imponerse a las lógica económica.

En cualquier caso, los referéndums los carga el diablo y hasta que conozcamos el desenlace el próximo 23 de junio, la duda va a estar en el aire. Además, es probable que los sondeos mantengan un resultados apretados porque son la mejor garantía de un resultado positivo.

Entretanto la libra esterlina no estará en sus mejores momentos, lo que puede impactar en los resultados de las compañías que tiene exposición al Reino unido. Los bonos británicos tampoco deberían hacerlo bien en este contexto. Y los activos inmobiliarios en Londres, sobre todo los premium, que tienen precios que no son de este mundo, también pueden acusar la incertidumbre.

Artículo publicado en ABC.

José Ramón Iturriaga
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