Cuando se intentan evaluar las actuaciones de los gobiernos siempre resulta difícil coger distancia. Y probablemente esta vez lo sea todavía más. Por un lado, la naturaleza de esta crisis hace que la emocionalidad sea mucho mayor que en cualquier otra anterior. Por otro, las formas y el tono del personaje –o de los personajes, si también incluyéramos en esta categoría al vicepresidente Iglesias– tampoco ayudan nada. Y, por último y sin ánimo de ser exhaustivo, el nivel general de la política tampoco sirve para levantar el ánimo.
Sin embargo, la realidad se impone y los pasos que se van dando en materia económica demuestran que, más allá de los gestos, no tienen intención de romper nada. Las conclusiones de la Comisión parlamentaria en materia económica que se publicaron la semana pasada sirven para confirmarlo. Los dos principales espantajos que el ala radical del Gobierno se ha encargado de agitar cada vez que ha tenido ocasión –la derogación de la reforma laboral y el impuesto a los ricos– han quedado definitivamente aparcados. Y esto en sí mismo constituye toda una declaración de intenciones.
Desde luego que la intencionalidad es clarísima, no engaña a nadie. Al igual que la foto con los agentes sociales, se trata de mensajes claros a Europa en un momento en el que no solo hay que serlo sino parecerlo. Ahora, mucho peor sería que no lo hicieran. Y ejemplos recientes no nos faltan. Italia o Grecia, incluso el Reino Unido por otras razones, hicieron de su enfrentamiento con Europa su principal razón de ser. Pero no es el caso de España.
En materia económica no se ha hecho nada muy distinto de lo que han hecho por ahí fuera. Y desde luego no han tratado de hacer que Europa se convierta en chivo expiatorio, todo lo contrario.
Las recetas que van a seguir aplicando nos vienen dadas en gran medida. Y más allá de guiños a su parroquia y algunas liebres con motivación política para que no decaiga el tono de la oposición, no se van a salir del guion.
La pregunta sería, quizá, si las medidas que se han adoptado hasta ahora –ni qué decir las que se van a tener que plantear a partir de este momento– las podría haber sacado adelante un gobierno del Partido Popular. Pues eso.
Artículo publicado en ABC.
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