Un eventual cambio de Gobierno

Ante un eventual cambio de Gobierno, la respuesta inmediata de los que nos dedicamos a esto de la Bolsa es sacar una lista de sectores o compañías a las que puede beneficiar o perjudicar. Realmente no sirve de mucho porque se trata de generalidades más o menos justificadas. Además, en el caso de la situación española tiene todavía menos sentido, porque no parece que ninguna opción política se vaya a imponer de forma rotunda. Aquí va la mía, en cualquier caso.

Las perspectivas económicas no cambian porque haya un cambio de Gobierno. La mejor razón para no esperar grandes cambios es que la economía española lleva creciendo de forma diferencial durante cinco años sin que ninguno de los dos últimos gobiernos haya tenido mayoría parlamentaria suficiente para sacar adelante ninguna iniciativa. El hecho de que se haya adelantado la convocatoria electoral, en este caso, no añade incertidumbre, sino que debería servir para salir de la situación de Parlamento colgado en la que hemos estado los últimos tiempos.

En lo que respecta al sector energético, los gobiernos de izquierda son más proclives al fomento de las energías verdes («green», que diría el profesor Rodríguez Braun). Por lo que un eventual vuelco el próximo mes de abril no sería bueno para esas compañías, puesto que los partidos conservadores son, por así decirlo, menos sensibles con estos temas.

Por otro lado, un viraje en la orientación política del Gobierno acabaría con el riesgo en forma de tasa que se cierne sobre determinadas actividades económicas. En concreto, sobre la banca y el sector inmobiliario. La tasa a las transacciones financieras con la que viene amenazando el Gobierno de Sánchez o la modificación del régimen fiscal de las socimi es algo que en principio se debería descartar.