La irrupción de Vox en el panorama político ha llegado al mercado: algunos analistas económicos de renombre han llegado a anticipar el desastre ante su posible llegada a las instituciones. Sin entrar en la lectura política –doctores tiene la Iglesia–, desde el punto de vista económico y su eventual influencia en los mercados, el programa económico del partido liderado por Santiago Abascal no supone un riesgo, todo lo contrario. Y más si tenemos en cuenta el peso real que va a tener en el proceso de toma de decisiones.
La lectura que deberían haber hecho los mercados, y que en algún momento harán, es que el resultado de las elecciones andaluzas parece anticipar un eventual vuelco político a todos los niveles de la Administración española, según dicen los que saben de esto. Este escenario resulta, sin lugar a dudas, muy positivo para la economía y para los mercados.
La posibilidad de gobiernos de centro-derecha en comunidades autónomas, municipios grandes y, cuando toque, en el Gobierno central constituye una situación mucho mejor que la que tenemos ahora. Así, en un futuro más o menos cercano podríamos ver políticas económicas de corte algo más liberal, concertadas a todos los niveles de la Administración, lo que no solo es bueno, sino que además resulta inesperado.
En cualquier caso, e independientemente de lo que acabe pasando y cuáles sean las políticas que resulten, la situación actual no tiene muy buena venta en el mercado, aunque aún no haya pasado factura: un gobierno socialista sin rumbo claro, hipotecado por la extrema izquierda e independentistas.
Desde luego que estos afamados economistas pueden hacer política, sólo faltaba. Pero quizá deberían guardar las formas y evitar caer en un análisis demagógico de brocha gorda que no hace más que cuestionar su criterio.
Artículo publicado en ABC.
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