Pues ya está. Ya se han celebrado las elecciones generales y aunque en este momento la principal conclusión es que no hay nada claro, la valoración que a mí me toca hacer tiene que ver con las consecuencias de estos resultados para los mercados, es decir, los inversores.
Los escenarios apocalípticos que no hace tanto se barajaban quedan definitivamente descartados y desde el punto de vista de la Bolsa y a falta de saber la fórmula por la que se deciden, es la primera conclusión. La posibilidad de un todos contra PP+C’s se antoja poco probable, porque el PSOE no debería prestarse a semejante juego. A bote pronto y pese al desconcierto inicial, probablemente sea complicado obtener un equilibrio estable en las instituciones, pero quizá nos permita madurar como sociedad. Por ello, el escenario más probable es que las elecciones generales se repitan no tardando mucho, aunque no se puede descartar otras posibilidades.
Desde la óptica de los mercados, hay que entender que son muy prosaicos y que ya llevan muchas elecciones en Europa durante los últimos años. Y este resultado es más que suficiente para que los inversores extranjeros salten a la arena. Realmente no les importa quién acabe gobernando en España, sino la constatación de quién no lo hace.
Por otra parte, en la medida que se somatice que el nuevo orden político que hay en España no tiene mayores consecuencias y que el sol termina saliendo todas las mañanas, volverá la tranquilidad. La descompresión política de los próximos tiempos solo se puede traducir en más actividad, más consumo, más inversión y más trabajo.
Artículo publicado en ABC.
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